El statu quo con Jordania que rige en el Monte del Templo es un contrato anacrónico y caduco que debe ser rescindido urgentemente.  

La palabra que más molesta a los irresponsables que gestionan la entrada y el desarrollo de la “vida” en el Monte del Templo es el vocablo Monte del Templo valga la maravillosa redundancia. Los últimos acontecimientos de violencia terrorista de los árabes en el mencionado Monte del Templo están demostrando la vacuidad del statu quo que Israel mantiene desde 1967 con Jordania y que va en contra de los judíos en su conjunto.  

La dramática sensación de estar en peligro de muerte cada vez que un judío o grupo de judíos se les permite entrar al recinto del reiteradamente mencionado Monte del Templo contrasta con la libertad de acción de los árabes en este lugar ¿No es anacrónico que los judíos no puedan entrar y rezar en el Monte del Templo? Jerusalem ha sido construida y reconstruida por los judíos. La única cosa que han hecho los árabes y siguen haciendo es destruir Jerusalem especialmente en el Monte del Templo intentando arrasar con todo vestigio arqueológico que relacione el lugar con los judíos.  

La UNESCO es un aliado de la desconexión histórica del Monte del Templo y de la capital de Israel Jerusalem instigando en los foros internacionales para no reconocer relación alguna de los judíos con el Monte del Templo. La incultura del odio antisemita es la destrucción más irracional de la memoria histórica de los pueblos, que en el caso de la UNESCO se ha convertido en obsesiva contra Israel.  

El Monte del Templo como su propio nombre indica es el lugar geográfico e histórico donde Salomón construyó el Templo que se le denominó “casa de oración para todas las naciones menos para los judíos” según establece el statu quo que Israel aceptó después de la victoria épica sobre las hordas jordanas que controlaban Jerusalén y el Monte del Templo.  

La falta de libertad religiosa es una de las razones más evidentes para que este statu quo sea abolido en su totalidad y sencillamente el Monte del Templo vuelva a ser lo que se pretendió en su propósito original como lugar de encuentro con el Creador. Todas las naciones tendrían cabida en este espacio santo y santificador para aquellos que de corazón sincero buscaran la ayuda del Cielo. El statu quo que rige en el Monte del Templo, le disguste a quién le disguste, es anacrónico, caduco, racista, antijudío y anticristiano. 

El Estado de Israel como garante de la libertad religiosa dentro de todas sus fronteras no puede tener una frontera interna en el Monte del Templo. Los judíos tienen el derecho y el deber de visitar, pasear, reunirse y rezar en los exteriores del Monte del Templo hasta que puedan rezar dentro del Templo cuando sea otra vez reconstruido. El último reducto para reunificar en su totalidad Jerusalem es el Monte del Templo en el cual se atrincheran los terroristas de Hamas para hostigar a los judíos sean o no sean religiosos a fin de que no pongan sus sucios pies, en palabras de los yihadistas, en lo que ellos llaman la Explanada de las Mezquitas.  

El Estado de Israel ha demostrado fehaciente y escrupulosamente que respeta la libertad religiosa de musulmanes, cristianos y judíos, así como el resto de las creencias por muy antagónicas que pudieran parecer con el Judaísmo. El anacrónico y caduco statu quo del Monte del Templo debe ser abolido para que la Ley del Cielo tenga su cumplimiento en la tierra. Por eso diremos desde ahora en adelante que este año ya podamos rezar en el Monte del Templo. Hazlo saber. 

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