El gobierno socialista de España de Pedro Sánchez está formado por una coalición de extrema izquierda, filo-etarras y antisistema todos antisemitas declarados.

El llamativo “titular” de que la Internacional Socialista apoya a los manifestantes israelíes que protestan en contra de la reforma judicial del Gobierno de Benjamín Netanyahu es un eufemismo que merece ser explicado.

El diccionario define eufemismo como una palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca. En este caso el eufemismo es una expresión que reza en boca de Pedro Sánchez así: “Ahora, como siempre, la Internacional Socialista se solidariza con el pueblo de Israel”. No sé antes, no sé si siempre, pero sé que ahora la Internacional Socialista es un engendro anti sionista y por consiguiente antisemita.

Lo que pasa en España se queda en España bajo la sucia alfombra en la cual se esconden todas las inmundicias de un gobierno socialista que ha mentido, miente y mentirá hasta el infinito y más allá. No en valde en este país se le conoce entre otros apelativos como Pedro Sánchez Primero el Mentiroso. Todas las promesas que hizo cuando asaltó el Gobierno de España hace más de cuatro años las ha ido incumpliendo religiosamente una tras otra. Nadie en este país con dos dedos de frente le cree ¿No sería sorprendente que un mentiroso compulsivo solo mintiera en un cierto foro y no en otros? Miente en todo lugar, pero particularmente en Europa.

La Internacional Socialista es un grupo contagiado y contagioso de la Agenda 2030. Una agenda grotesca que engloba en alguna manera la llamada Ley de Género que en su apartado de la conocida ley del “si es si” ha permitido que miles de presos acusados confesos de violadores hayan visto reducida su pena en varios años. Por si fuera poco cientos de ellos ya están en la calle, para el temor de las víctimas que ven como sus agresores están libres. En otras palabras, que dónde dijeron que harían una cosa hicieron otra y encima mucho más dañina. Esto sucede en una España gobernada por el partido Socialista Obrero Español.

En relación con Israel, igualmente, la Internacional Socialista dice una cosa, pero se mueve sibilinamente para hacer otra. Solo la mera mención de apoyar la democracia en Israel supone en sí misma la idea absurda que no existe democracia en el país. El objetivo de la Internacional Socialista no es apoyar la democracia en Israel sino hacer ver que no la hay. La misma red de mentiras diciendo que no son antisemita sino antisionistas. Los que son antisionistas son antisemitas por muchos eufemismos que empleen.

Lo llamativo es que los progresistas israelíes compren el discurso socialista de que están preocupados por la democracia en Israel y no entiendan que el asunto va de desprestigiar no ya al primer ministro Benjamín Netanyahu sino a la democracia israelí. La velada acusación de que en Israel no hay democracia es una señal de lo corrompida que está una parte de la sociedad israelí que se mezcla en imposible y variopinta coalición para dañar al propio Estado de Israel.

Los que critican como si no existiera la democracia en Israel, ahora representada por el gobierno actual de Netanyahu, están acusando a todo el Estado de Israel de ser una dictadura. Por nada del mundo formaría parte de una corriente de aguas turbulentas y sucias que desaguan en la Internacional Socialista o mejor dicho la Internacional Antisionista. Hazlo saber.

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